En 1737, Jacques de Vaucanson construyó su primer autómata, El Flautista, una figura de tamaño natural de un pastor que tocaba el tambor y la flauta y tenía un repertorio de doce canciones. Al año siguiente, a principios de 1738, presentó su creación a la Academia de Ciencias Francesa. En aquel tiempo, las criaturas mecánicas eran consideradas un capricho en Europa, pero la mayoría podrían ser clasificas como meros juguetes, sus creaciones fueron reconocidas como una revolución en su sofisticada mecánica realista.
Más tarde ese mismo año, creó dos autómatas adicionales, El tamborilero y el Pato con aparato digestivo, que es considerado su pieza maestra. El pato tenía más de 400 partes móviles, y podía batir sus alas, beber agua, digerir grano, y defecar.5 Se le atribuye haber creado el primer tubo flexible de goma durante el proceso de construcción de los intestinos del pato. A pesar de la naturaleza revolucionaria de sus autómatas, se dice que se cansó rápidamente de ellas y las vendió en 1743.
Años mas tarde, un artesano japonés llamado Hisashige Tanaka, conocido como el «Edison japonés», creó una serie de juguetes mecánicos extremadamente complejos, algunos de los cuales servían té, disparaban flechas retiradas de un carcaj e incluso trazaban un kanji (caracter japonés).
Por otro lado, desde la generalización del uso de la tecnología en procesos de producción con la Revolución industrial se intentó la construcción de dispositivos automáticos que ayudasen o sustituyesen al hombre. Entre ellos destacaron los Jaquemarts, muñecos de dos o más posiciones que golpean campanas accionados por mecanismos de relojería china y japonesa.
Robots equipados con una sola rueda fueron utilizados para llevar a cabo investigaciones sobre conducta, navegación y planeo de ruta. Cuando estuvieron listos para intentar nuevamente con los robots caminantes, comenzaron con pequeños hexápodos y otros tipos de robots de múltiples patas. Estos robots imitaban insectos y artrópodos en funciones y forma. Como se ha hecho notar anteriormente, la tendencia se dirige hacia ese tipo de cuerpos que ofrecen gran flexibilidad y han probado adaptabilidad a cualquier ambiente.
Con más de 4 piernas, estos robots son estáticamente estables lo que hace que el trabajar con ellos sea más sencillo. Sólo recientemente se han hecho progresos hacia los robots con locomoción bípeda.
En el sentido común de un autómata, el mayor robot en el mundo tendría que ser el Maeslantkering, una barrera para tormentas del Plan Delta en los Países Bajos construida en los años 1990, la cual se cierra automáticamente cuando es necesario. Sin embargo, esta estructura no satisface los requerimientos de movilidad o generalidad.
En 2002 Honda y Sony, comenzaron a vender comercialmente robots humanoides como «mascotas». Los robots con forma de perro o de serpiente se encuentran, sin embargo, en una fase de producción muy amplia, el ejemplo más notorio ha sido Aibo de Sony.